sábado, agosto 21, 2004

TRASTORNADO SUB MARCOS

En el contexto político actual existe otro nombre múltiple referente a los medios de comunicación, uno de los méritos estratégicamente más geniales de la guerrilla zapatista consistió en convertir el nombre de su portavoz, del subcomandante Marcos, en un nombre colectivo ("Todos somos Marcos"). Con esta práctica no sólo seguían con su intención de deconstruir el principio del líder de la revolución o de la guerrilla -como ya hace vislumbrar el título "subcomandante"-, sino que a la vez crearon una forma nueva de mito colectivo' la persona del guerrillero real no tiene una historia clara e identificable. Sus atributos reconocibles como el pasamontañas y el uniforme no esconden su papel de signo vacío; al contrario, lo subrayan aún más. Precisamente por el hecho de que la persona real queda como borrosa, este lugar vacío puede ser llenado con innumerables historias y leyendas. En este proceso, el mito colectivo "Marcos" se convirtió en portador omnipresente de las más diversas significaciones, en expresión y punto de identificación de fantasías subversivas. Al final se podía ver a decenas de miles de personas manifestándose por las calles de México D.F al grito de "Nosotros también somos Marcos", tomo expresión impresionante de su fuerza política. En eso el mito del "Sub" se distingue claramente del mito de un héroe individual tomo el Che Guevara una frase como "Yo también soy Che Guevara" simplemente sería ridícula. Los gobernantes de México desde luego han entendido muy bien el funcionamiento del mito colectivo y las consiguientes prácticas mágicas Eso se ve en sus esfuerzos desesperados (y sin resultado) por encontrar al individuo "real" que se esconde bajo el nombre, de enseñar públicamente su cara con el fin de reducirlo de mito colectivo a individuo burgués.
MÉXICO, MARZO DEL 2001. DISCURSO DE MARCOS EN EL ZOCALO

"...Hermano, hermana ciudad de México:
Cuando decimos "somos" también decimos "no somos" y "no seremos". Por eso es bueno que, quienes allá arriba son el dinero y quien lo vocea, tome nota de la palabra, atento la escuche y atento vea lo que ver no quiere. No somos quienes aspiran a hacerse del poder y, desde él, imponer el paso y la palabra.
No seremos.
No somos quienes ponen precio a la dignidad propia o a la ajena, y convierten a la lucha en mercado donde la política es quehacer de marchantes que disputan no proyectos sino clientes. No seremos.
No somos quienes esperan el perdón y la limosna de quien simula ayuda cuando en realidad compra y que no perdona sino humilla a quien, siendo, es desafío y reclamo y demanda y exigencia. No seremos.
No somos quienes, ingenuos, esperamos que de arriba venga la justicia que sólo desde abajo se crece, la libertad que sólo con los todos se logra, la democracia que es todos los pisos y todo el tiempo luchada. No seremos.
No somos la moda pasajera que, hecha tonada, se archiva en el calendario de derrotas que este país luce con nostalgia. No seremos.
No somos el taimado cálculo que finge la palabra y en ella esconde un nuevo fingimiento, no somos la paz simulada que anhela guerra eterna, no somos quien dice "tres" y luego "dos" o "cuatro" o "todo" o "nada". No seremos.
No somos el arrepentido de mañana, el que se convierte en imagen aún más grotesca del poder, el que simula "sensatez" y "prudencia" donde no hubo sino compraventa. No seremos.
Somos y seremos uno más en la marcha.
La de la dignidad indígena.
La del color de la tierra.
La que develó y desveló los muchos Méxicos que bajo México se esconden y duelen.
No somos su portavoz.
Somos una voz entre todas esas voces.
Un eco que dignidad repite entre las voces todas.
A ellas nos sumamos, nos multiplicamos con ellas.
Seguiremos siendo eco, voz somos y seremos.
Somos reflexión y grito.
Siempre lo seremos.
Podemos ser con o sin rostro, armados o no con fuego, pero zapatistas somos, somos
y siempre seremos ..."

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