sábado, enero 29, 2005

miércoles, enero 26, 2005

MANDA COOOONE !!!



El jefe Leschi, lider de una tribu indigena estadounidense condenado a la horca en 1858, acaba de ser absuelto por un tribunal histórico. La sentencia no tendrá repercusión, puesto que Leschi fué ahorcado hace más de 150 años , pero, como dice el refrán, más vale tarde que nunca.

Deepery



sábado, enero 22, 2005

DOWN IN A HOLE

Layne Staley, cantante y compositor de Alice in Chains, murió a la edad de 34 años. Al parecer, cuando encontraron el cuerpo, llevaba varios días muerto, en su casa. A pesar de que aun quedan por confirmar muchos extremos, la noticia corría como la pólvora por internet. En la página oficial de la banda se amontonan las muestras de condolencia de sus fans. Unos fans que, a pesar de llevar años viendo venir este trágico final, nos hemos sentido absolutamente desolados cuando conocíamos la noticia. Layne era toxicómano, y a pesar de llevar muchos años tratando de salir del infierno de la heroína, nunca consiguió vencer su fuerte adicción. Siempre estuvieron presentes las drogas en su música. En la obra maestra de Alice in Chains, "Dirt", encontramos un buen muestrario de la angustia de Layne. Temas como "Down in a hole" nos hablan de su lucha por volar fuera de ese agujero, ese submundo lleno de traición que nos ha dejado finalmente sin él. Tal vez sin todos esos viajes al fondo de la locura yonqui, no hubiéramos disfrutado de sú música, al igual que de la de tantos y tantos artistas que todos tenemos en mente. Pero uno siempre piensa que se pude salir de ahí. Muchos lo han conseguido y reniegan tajantemente de sus pasadas experiencias. Otros, como Layne, no lo han conseguido y nos han dejado, y lo peor, nos niegan la posibilidad de seguir disfrutando de su talento.
Layne en sus primeros años
En pleno
en el unplugged demacrao.

jueves, enero 20, 2005

"Libertad, libertad, libertad!"



HIMNO DE RIEGO
Serenos y alegres
valientes y osados
cantemos soldados
el himno a la lid.
De nuestros acentos
el orbe se admire
y en nosotros mire
los hijos del Cid.
Soldados la patria
nos llama a la lid,
juremos por ella
vencer o morir.
El mundo vio nunca
más noble osadia,
ni vió nunca un día
más grande el valor,
que aquel que, inflamados,
nos vimos del fuego
excitar a Riego
de Patria el amor.
Soldados la patria
nos llama a la lid,
juremos por ella
vencer o morir.
La trompa guerrera
sus ecos da al viento,
horror al sediento,
ya ruge el cañon
a Marte, sañudo,
la audacia provoca
y el ingenio invoca
de nuestra nación.
Soldados la patria
nos llama a la lid,
juremos por ella
vencer o morir.

Deepery





AR BONI DE CADÍ



Deepery

jueves, enero 13, 2005

SAN JOSÉ DE ARIAMTEA

Una de Veneno (1977) y otra de Leopoldo María Panero (Poemas del manicomio de Mondragón, 1987)

A la caída de la tarde
San José de Arimatea
dejó la radio en el suelo y se puso a bailar.
No pensaba en el trabajo que había puesto en su hacienda
y siempre había sospechado quién le robaba las almendras
pero esta vez lo vio y lo invitó a fumar.
No tenía ningún callo
que lo avisara de tormenta
nunca supo distinguir la estrella polar.
Sentado bajo la higuera recogía con cuidado
el fruto que los pájaros habían ya picoteado
y guardaban para él su mayor dulzor.
Y si a veces ayunaba
no era que nadie lo tentaba
era sólo por ver nuevos colores en el sol.
Bajaban por el monte turbas evangelizantes
que habían hallado el camino de la salvación.
San José que era muy viejo y se lo hacía de incógnito
levantó su cara al cielo y lo abrazó con los ojos
Guardó la piedra en la bolsa y se fue a descansar.


El lamento de José de Arimatea

No soporto la voz humana,
mujer, tapa los gritos del
mercado y que no vuelva
a nosotros la memoria del
hijo que nació de tu vientre.

No hay más corona de
espinas que los recuerdos
que se clavan en la carne
y hacen aullar como
aullaban
en el Gólgota los dos ladrones.
Mujer,
no te arrodilles más ante
tu hijo muerto.
Bésame en los labios
como nunca hiciste
y olvida el nombre
maldito
de Jesucrsito.
Así arderá tu cuerpo
y del sabbath quedará
tan sólo una lágriima
y tu aullido.


jueves, enero 06, 2005

SUGARLESS EN LA BRECHA


Líder en las protestas por la guerra contra Irak, cuenta con tres discos; /Vértigo/, el más reciente. Los temas de sus letras son los sociales y políticos, más los que invitan a la diversión. Sugarless no recurre al panfleto, sino a los sentimientos:
Arturo Cruz Barcenas
La Jornada
Llegó a México en plan de promoción Sugarless, potente banda de rock/metal del sur de Madrid, España. Abiertamente política, tanto en sus letras como en su convicción ciudadana, critica la política belicista de George W. Bush, el cierre de espacios para el rock en Cuba y la censura a las manifestaciones artísticas, siempre huyendo del panfleto.Tienen tres discos desde su formación, en 1994: /Asegúramelo/ (2000), /Más gas/ (2002) y /Vértigo/ (3003), con el que llegaron a Cuba y del que han vendido más de 20 mil unidades, todo un logro para un grupo de su estilo que incluye elementos hardfunk, stoner rock, hardcore, punk, grunge, acid-jazz y hip-hop.
En entrevista, Ivahn, vocalista del conjunto, quien llegó a esta redacción con tremenda greña rasta, dijo. "Estamos vendiendo más que muchos grupos de pop, y eso en España no es poca cosa."Cantan en español, aunque en sus inicios interpretaban en inglés.
"De ahí nuestro nombre, Sugarless. Cuando cambiamos a cantar en español lo dejamos -su nombre- porque es muy fácil. En Europa la gente se quedaba con él, en la memoria. Además, en inglés se dificulta la comprensión. En español hay muchas cosas interesantes qué decir y nunca vas a dominar un idioma mejor que el tuyo.
"Sugarless porque quedaba irónico, contra toda la cultura de lo /light/, de todo sin azúcar, que chicles sin azúcar, refrescos, que para no engordar. Es un nombre muy pop para un grupo de rock duro. La ironía también es la base de nuestro mensaje y el nombre es parte del concepto. En la portada del primer disco,/ Asegúramelo/, figura un bote de sacarina. Parecíamos un grupo fresa."
-¿Cuáles son los temas que abordan en las letras?
-De todo. Habría que ir de canción en canción, pero para resumir destacan los sociales, los políticos y los que invitan a la diversión. Estas son las menos. La mayoría son como /Guantánamo/, que en España gustó mucho y causó mucho revuelo hace un año, cuando gobernaba Aznar, que como todos sabemos se alineó con Bush y con Blair para la guerra contra Irak, apoyando a muerte todo ese proyecto.
"Sugarless lo que hizo fue encabezar las manifestaciones contra la guerra. Recordemos que en España 92 por ciento de los ciudadanos no quería guerra y Aznar no nos hizo caso. Entre todo ese fascismo, Sugarless tuvo el valor de que, aunque Aznar controlaba el PP y a muchos medios... la televisión; tenía mucho poder, y nosotros sacamos /Guantánamo/, que habla de la soledad y la impotencia que siente un preso afgano en la base estadunidense que hay en Cuba."Lo bueno de esa canción es que no es un panfleto. No decimos '¡presos fuera, libertad!'. Es algo más sencillo; trata de los sentimientos de un preso hacia su novia. Como sabemos, Estados Unidos coge ahí presos un poco al azar también. Hay terroristas, pero también campesinos del pueblo, que porque eran moros y llevaban barba. Eso nos dolió mucho; nadie protestó realmente a escala internacional, pero algunos grupos sí. Ese era un tema tabú y nosotros fuimos por él.
"Trata de los sentimientos de ese chico afgano que araba el campo, con su familia; de repente se lo llevan ahí y le ponen el mono (overol) naranja y le aplican régimen de combatiente ilegal, con lo cual le privan de los derechos de la Convención de Ginebra. Lo incomunican; no puede hablar, no puede oír. ¿Para qué recurrir al panfleto? No, nosotros lo hacemos desde los sentimientos.
"Fue un tema sacado con muchos cojones, como decimos en España. Fue muy valiente y lo mejor es que MTV y los demás canales de televisión, lejos de censurar el tema, lo apoyaron y lo programaron a cañón, todo el día, lo que generó una bola y se vendieron los discos. /Guantánamo/ se escuchó, aunque no quisiera gente del PP; no nos llegó una censura y fuimos subiendo. Cambió el gobierno y con ello las cosas."
El rock, provocador
-¿El rock llega a provocar a los políticos españoles?
-Sí, sí. De hecho ha habido censura. Otros grupos la han sufrido, por considerar que apoyan al terrorismo. Pero a grupos de ultraderecha sí se les permitía tocar en mítines políticos prelectorales, en la Plaza Oriente. Esa es una doble moral, una hipocresía, del antiguo gobierno del PP.
-¿Ustedes van a contracorriente?
-Sí, pero nuestro mensaje no es el típico, ese de camarada y el puño en alto. Esos grupos ya no sorprenden y la gente duda de hasta qué punto puede ser verdad. Que sí, que buen rollito, pero estás ganando tu dinerito. Nosotros preferimos la ironía y nos reímos del racismo, de nosotros mismos, del fascismo. Tocamos temas de ecología; estamos contra las corridas de toros."Por eso en nuestros conciertos hay punkies con cresta, hasta gente sin ningún tipo de cultura, matrimonios mayores de 40 años. Nuestro público es una suma rarísima".
Música de consumo fácil
-Los jóvenes también escuchan a Shakira y a Enrique Iglesias...
-Desgraciadamente, supongo, eso es universal. En México o Estados Unidos hay una música que yo llamo de consumo fácil, que no es complicada. Hay otra capa de grupos que tratamos de subir, pero a los que acaban de meternos en esas listas de poularidad. MTV España hace una lista en la que están Shakira y luego Marylin Manson, Enrique Iglesias y Miguel Bosé, y luego Sugarless con /Guantánamo/. Eso era muy chocante, pero yo no elijo donde me ponen, y tampoco voy a renegar de mi mensaje por salir en MTV. No hemos hecho concesiones. Sugarless es como es. Los otros que hagan lo que quieran, pero no es lo nuestro: ni pegarnos a un mensaje de la izquierda para vender discos ni desvincularnos del mensaje para no hablar de nada. Hay que buscar el equilibrio en todas las cosas."Yo soy claramente de izquierda. ¿Socialista o comunista? ¡Coño! Acabamos de llegar de Cuba. Para hablar de comunismo hay que estar en Cuba. Hay que ver lo que la gente está pasando. Me hace gracia gente supuestamente de izquierda de España que va con la hoz y el martillo, y grita que venga la revolución, ¡joder!, y tienen su móvil, su coche... así también protesto yo. No. Que se vayan a Cuba y vean lo que está pasando. Si me preguntan qué soy, no sé, pero sí se lo que no soy: no soy fascista".
Sugarless considera a Bush como "un tocapelotas en política exterior. No estamos contra EU en sí, que tiene cosas magníficas. Estuvimos en Cuba y ahí hay algo muy complicado. Para empezar, el rock ahí está un poco maldito. Cuando llegas no eres bienvenido como roquero; como persona y español sí."Que porque llevas un tatuaje y porque es una moda estadunidense. Uno de nosotros lleva un tatuaje de la Polinesia, otro uno azteca. Si te chocas con el que te tiene que dar el paso, pues es difícil. Eso es una tontería. Pero estar en Cuba, con su economía... y yo comprando leche semidesnatada para no engordar. Solamente se da en la estupidez que se da en la sociedad occidental... ¡99 por ciento libre de grasa...! ¡por favor! Estar en Cuba te cambia el /chip/ de la cabeza."

martes, enero 04, 2005

Sexo, Drogas y Minoxidil : Una aproximación a la alopecia en el Rock

"Doesn't matter how much you think or the number of hairs in the sink" Faith No More (Ugly In The Morning)

Si juntáramos a todos los enemigos contra los que han peleado Batman o la Patrulla X a lo largo de su historia, a buen seguro que éstos no cabrían en las extensas campas de Woodstock. Con el Rock ocurre lo mismo: se ha enfrentado a tantos y tan malvadísimos malos malosos que resultaría imposible acogerlos a todos en la gigantesca Metrópolis. Por ahí flotarían los nombres de Tipper Gore, Michael Jackson (el Anticristo según la Iglesia Presleyteriana) o el del cura que, idea bizarra donde las haya, comenzó a escuchar los discos de Led Zeppelin y Judas Priest al revés. La gente se aburre, es un hecho.Pero de todos los enemigos que han osado plantar cara al bendito Ruackuanroll, sólo hay uno que nunca muere, ni es derrotado y que, al igual que Galactus, siempre está ahí, expectante, vigilante, dispuesto a hacer el mal, a expandir dolor y frustración a diestro siniestro. Hablo de la alopecia. La calvicie, las entradas prominentes. El clareo de la coronilla. Los pelos en el suelo de la ducha... llámese como se quiera. No hay que ser un erudito o un licenciado en música durísima como Mariskal o El Pirata para concluir que la alopecia es el enemigo natural y acérrimo del rock, su génesis, su Joker, su Lex Luthor, su Bin Laden o, vayamos más lejos aún, la enfermedad terminal contra la que sólo pueden luchar titanes multimillonarios como Elton John.Es un hecho que hablar de rock supone, de inmediato, hablar de pelo. Por ello, para abordar de los comienzos de esta problemática debemos viajar hasta la década de los años cincuenta y adentrarnos en una diminuta peluquería del estado de Tennesse, propiedad de un tal Mr. Rose o, lo que es lo mismo, el hábil esquilador que inventó el tupé, la primera moda capilar rockera de la que se tiene constancia. Luego llegó el pelo tazón, las melenas hippies, las greñas heavys ideales para hacer headbanging, las crestas punk, los flequillos crepados de los ochenta, las pelambreras grasientas de los noventa y, por fin, la diversidad y eclecticismo actuales en los que se combinan en un único peinado todas las modas pasajeras citadas. Es obvio que todas estas tendencias se forjan sobre un cimiento básico e insustituible: la riqueza capilar.
Pero no estamos aquí para hablar de la abundancia de pelo, sino de todo lo contrario: de la desintegración de éste, de la fulminación de las raíces capilares y, en definitiva, de la calvicie, de la puta (con perdón) calvicie. Hay quien dice que Kurt Cobain se suicidó porque se estaba quedando calvo y, que yo sepa, nadie ha osado contradecirle. A continuación, desglosaremos las múltiples tipologías que se desprenden de la relación existente los músicos de rock con su cabello.
Rockeros calvos
Seamos claros: No hay mayor desgracia para un rockero que quedarse calvo. Pero hablamos de rockeros de verdad, de los profesionales, no de los señores inmaduros que con cuarenta años siguen asistiendo a conciertos para poner manos cornudas, hacer pogo con adolescentes que podrían ser sus hijos o corear estribillos que, traducidos al castellano, avergonzarían hasta a un borracho. Ejemplos de prohombres de esta calaña –de profesionales del rock alopécico- los encontramos en iconos de la talla de Rob Halford, Pete Townshend o el mismísimo Angus Young que en la actualidad luce un peinado más propio de un oficinista del Santander Central Hispano que de un rockero violento, drogadicto, libre y/o peligroso. Una pena.
Rockeros rapados
No hay medida más drástica para un músico lampiño que raparse la cabeza cuando la pelusa desaparece y da paso al cruel color carne que todo hombre teme. A menudo, y salvo honrosas excepciones (el Phil Anselmo de mediados de los años 90) ver a un rockero rapado es sinónimo instantáneo de incipiente y próspera alopecia como bien puede ser el caso de Billy Corgan, Kerry King de Slayer (impresionante el directo de Donington en el que se le ve hacer headbanging con cuatro pelos sudados) o cantantes de nu metal a los que tanta presión psicológica y trauma infantil ha dejado pelados (Disturbed o Staind).La lista puede alargarse hasta el infinito aunque siempre caben ciertas matizaciones como aquellos a los que siempre hemos conocido con el craneo liso (los numetaleros antes citados o miembros de la iglesia del Hardcore como Ian MacKaye) o quienes, visto el poco halagüeño panorama decidieron cortar por lo sano. ¿Ejemplos de esto último? Michael Stipe de REM, Scott Ian de Anthrax, o Maynard James Keenan de Tool que con Aenima dejó atrás su peculiar y horrible peinado mohicano.
Los que no lo asumen
Ciertamente ha de ser duro, muy duro erigirse en tótem de una generación, convertirse en un símbolo de la libertad y no tener pelo que reafirme los postulados de fuerza y poder que exige el rol. Ser calvo es una pequeña desgracia shakespeareana pero ser calvo multimillonario con una banda de rock es una verdadera putada. No son extraños los casos de gentes como Tom Morello, Fred Durst, Jeff Ament, Nicke Anderson de Hellacopters o Chad Smith batera de los Chili Peppers cuyas cabezas sin gorras, gorritas o avalorios varios pocos han sido capaces de ver. Y cuando ello ha ocurrido los resultados no han sido nada halagüeños. ¿La razón? Todos la conocemos, hermanos: el minoxidil no funciona, así de simple. Hay que decir en honor a la verdad que muchos de ellos han acabado saliendo del armario de la alopecia tras años de encierro y en sucesivas ocasiones (vídeo de Sleep Now In Fire en el caso de Morello o grabaciones varias de la MTV en el caso del antaño adscrito a la cadena, Fred Durst) les hemos visto con la cabeza tal y como Dios ha querido que se les quedara: huérfana de pelo.
La conspiración de la peluca
Ser calvo y ganarse la vida con el rock tiene un trasfondo trágico en el cual no vamos a entrar. Por ello evitaremos hacer comentarios sobre una práctica habitual en los escenarios de todo el mundo: el uso de pelucas. Digamos que éstas existen, que están ahí para vencer complejos y dar a la audiencia un motivo más para soñar observando a sus ídolos. No hay más que fijarse en Axl Rose, uno de los principales sospechosos: curiosa ha sido la evolución de su pelo rata pelirrojo de principios de los noventa a la melena sin patillas del Rock In Rio 2001 o el sombrero con trenzas de la gala de la MTV en la que participó. Otros casos flagrantes de uso de pelucas son Paul Stanley en el Alive IV, Gene Simmons en casi toda su vida. Marky Ramone en sus enérgicos últimos bolos, media plantilla de Twisted Sister en su gira de reunión (accionistas de una empresa de bisoñés, sin duda), o Ron Asheton de los Stooges, al que no se le mueve ningún pelo en el concierto de Detroit recientemente editado en DVD.

Los Sin Futuro
Por mucho que nos pese, el destino de nuestras cabezas ya está escrito. Pero no desesperemos, el de las estrellas de rock, también. Miren sino a Danzig que lleva más de diez años luciendo cabellera a pesar de la incipiente calvicie. A su compañero misfitiano Jerry Only que, a cada año que pasa, lo tiene peor para peinar el característico flequillo diabólico, a Blaine de Nashville Pussy que luce con orgullo su peinado estilo Pedro Reyes en los early 90's. Dregen de los Babies con su flequillo loco y unas entradas que quitan el hipo, Neil Young (su peinado tiene menos volumen que el de una abuela con pelo lila) o el monstruo magnético de Dave Wyndorf que cuando moja su santo y alisado pelo deja entrever de dónde vienen las ideas de sus canciones. Es un hecho, la calvicie es un mal de nuestro tiempo, de nuestra música favorita. Asumámoslo.
Tener (mucho) pelo a los 50
Paradójicamente, algunos de los rockeros longevos que más problemas han tenido con las drogas, el alcohol y la mala vida en general gozan de unos hilillos capilares asombrosamente fuertes. Hablo por supuesto de gente como Alice Cooper, de Ozzy, de Robert Plant, Ian Astbury, Dee Snider o de Iggy cuya melena cada vez guarda más parecidos con la de Jennifer Aniston. Se trata de infraseres que pasan de la cincuentena y que, sin embargo, se permiten el lujo de gozar de un pelo largo, fuerte y digno de protagonizar un anuncio de champú. ¿Por qué? Es la preguntan que se hacen muchos. ¿Por qué una vida de excesos como las suya no sólo nos les ha matado sino que, incluso, les ha proporcionado la fórmula de la inmortalidad capilar? ¿Son las drogas duras más eficaces que el manido Minoxidil?

Medidas drásticas (un epílogo) (Status Quo)
Hace unos años se anunció en televisión de forma insistente un spray que, aplicado en la cabeza, oscurecía las calvas que el sujeto alopécico lucía en ese momento. A pesar de la lamentabilidad del invento, los intentos de media humanidad para curar la alopecia de la otra media han dado frutos de una naturaleza ciertamente compleja y, a menudo, absolutamente esperpéntica. Para muestra sirva un ejemplar de la revista Muy Interesante del año 1999 en la que se publicó un reportaje gráfico con la operación de regeneración capilar a la que se sometió Francis Rossi, cantante y guitarrista de Status Quo.
Las imágenes era impagables, de un fetichismo rockero que asustaría al fan más pintado de los Quo: había sangre, una nuca en carne viva, máquinas que injertaban los cabellos uno a uno e imágenes dantescas que dejaban a los shows de Gwar a la altura del barro. Un reportaje definitivo que habría revolucionado hasta a las revistas más jevis y transgresoras de la historia de la prensa moderna: la Kerrang (edición española, por supuesto) y la Heavy Rock. ¿Quién no pagaría 500 pesetas de las de antes para ver el cogote sangriento de uno de sus ídolos?